Menos maquillaje
Considéralo si quieres ahorrar, tener mejor salud y verte más joven.
Por Ann Díaz
¿Te gustaría ahorrar tiempo y dinero, tener mejor salud para tu piel y verte más joven? Considera usar menos maquillaje. Para la mayoría de las mujeres, el maquillarnos es parte de nuestra rutina en la mañana. No estoy en contra del maquillaje, pero tengo cinco razones por las que te invito a tomar esto en cuenta.
Es más económico. El maquillaje ocupa una parte considerable de nuestros gastos personales y la verdad es que no es barato. Simplemente usar menos hace que tus pesos alcancen para más.
Es más sano. La mayoría de los productos comerciales de maquillaje tienen químicos que no son sanos para la piel. Aplicar menos maquillaje permite que tu piel respire mejor. Aunque puede costar más, buscar productos hechos con ingredientes más naturales es otra manera de brindar mejor salud a tu piel.
Ahorras tiempo. ¿Cuánto tiempo pasas al día maquillándote? ¿Cinco minutos? ¿Diez minutos? ¿Treinta minutos? Al ahorrar solo de cinco a diez minutos, puedes reducir el estrés de tener prisa en la mañana, pasar un momento en oración o arreglar tu casa para después llegar a un hogar más organizado. Si eres como yo y no te gustan las madrugadas, puedes dormir un poco más. Si te maquillas en el transporte público, puedes pasar el resto del viaje leyendo un libro. ¡Diez minutos al día es más de una hora ganada a la semana!
Tu belleza natural brilla más y te ves más joven. ¡Las mujeres somos hermosas! Todas. Estoy hablando de belleza física, no solo interna. Muchas mujeres no lo entendemos o no lo creemos y pensamos que el maquillaje es para cubrir lo que no nos gusta de nuestra cara. Sin embargo, el maquillaje es para acentuar tu belleza natural. ¡Ya eres una obra maestra! No necesitas esconder ni añadir nada, sino hacer que resalten tus mejores facciones. Aparte, te ves más joven y fresca. Mi mamá me enseñó que el secreto del maquillaje es aplicarlo de tal manera que parezca que no lo usas.
Te enfocas en lo más importante. En la Biblia, Pedro anima a las mujeres a enfocarse en su belleza interna, no en la externa. Nuestra cultura nos enseña todo lo contrario y a mí también se me dificulta enfocarme en lo correcto. Inevitablemente, nuestra apariencia cambia con los años; es parte de la vida y no es malo. Pero dejar que Cristo cambie tu carácter año tras año produce una belleza “incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón”. ¡Nuestra belleza interna puede crecer con los años, no disiparse!
En un día normal, paso alrededor de 10 minutos maquillándome. Uso base, rímel para las pestañas, rubor y a veces lápiz labial, todo en cantidades ligeras. En vez de ocultar lo que no me gusta o añadir a lo que no tengo, enfatizo mi belleza natural. Te invito a hacer lo mismo.
Tal vez también te interese leer:
Receta efectiva y barata para eliminar piojos de los niños (Comparte la receta)
Margen (Establecer límites y márgenes en tu vida es esencial)
Salud emocional, ¿una tarea individual? (Descubre la respuesta)
Cáncer de colon, ¿es posible prevenirlo y curarlo? (Conoce más sobre este padecimiento)
10 Tips para ser emocionalmente sanas (Toma nota y ponlo en práctica)
En el climaterio, ¡cuida esos huesitos! (Consejos probados)
Los gatos y la infertilidad (Revisa lo que dicen los expertos)
¿Buscando más vitamina C? (Consejos prácticos)
Nuestra relación con la comida (El equilibrio es importante)
No agradable, pero importante
¿Qué victorias en el área de disciplina has ganado últimamente?
Por Ivette
Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella. Por lo tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y fortalezcan sus rodillas debilitadas. Tracen un camino recto para sus pies, a fin de que los débiles y los cojos no caigan, sino que se fortalezcan.
Hebreos 12:11-13
"¡Esto no es normal!" Me dijo mi amiga. "¿Siempre respiras así de feo?" Estábamos corriendo juntas para una examen de educación física en la universidad. Ella es enfermera, y ése fue mi momento de gloria.
"¡Al fin! ¡Alguien me entiende!" Pensé. Toda mi vida había sufrido de asma pero nadie me lo había dicho. Ella me diagnosticó y luego fui con la doctora de la universidad para corroborarlo.
¡Ahora tenía una excusa legítima para no hacer ejercicio el resto de mi vida! No sé si tu has sentido un peso gigante sobre tu corazón, cómo tus pulmones se hacen chiquitos o tu garganta hace esfuerzos sobrenaturales para meter más oxígeno. Si conoces esa sensación, lo siento mucho. ¡Es horrible!
En ese momento decidí dos cosas. 1. No me gustaba correr y 2. Jamás volvería a hacerlo.
Desgraciadamente, después de 2 años increíbles de jugar badminton (mi deporte favorito) tres veces a la semana, mi entrenador y su familia se fueron de la cuidad y fui forzada a buscar otras opciones.
Le dije a Dios: "Ésta es tu oportunidad. Tú sabes qué difícil es esto para mí, pero no tengo opción. Necesito hacer ejercicio y correr es lo único que es factible en esta etapa de mi vida. Por favor, necesito un milagro. Ayúdame a no sentirme como que me voy a morir al minuto de salir a la calle. Y si se puede, me gustaría disfrutarlo".
A veces me pregunto por qué no oro más seguido. Dios contestó mi oración y fue increíble. No fue fácil, pero fue posible. Después de mucho tiempo, ¡logré correr hasta 5 kilómetros sin parar! Yo sé que eso no es ningún maratón, pero para mí significa mucho.
Como el resto de las disciplinas, cada vez que falto un día regreso a mi etapa de: ¡Esto es horrible! ¡No recuerdo ningún momento de gozo haciendo esto! ¿Por qué sigo aquí? Pero como cualquier disciplina, cada vez es más sencillo entrar en rutina. Jamás pensé que llegaría el día donde yo extrañaría correr. No es algo fácil para mí, dudo que lo sea algún día, pero sé que es importante. Es una victoria ganada con beneficios a largo plazo para mi salud.
Pero hay otras áreas donde aún no he logrado tomar estos pasos importantes. Debo decirle a Dios en esas áreas también "Tú sabes que me cuesta trabajo. Pero ayúdame. Sé que sí se puede. Y me gustaría algún día disfrutarlo".
Si me comprometo en esas áreas de disciplina con Dios, estoy segura que veré mucho fruto.
¿Qué áreas te han costado trabajo entregarle? ¿Qué victorias en el área de disciplina has ganado últimamente?
Tal vez también te interese leer:
Razones de peso para moverte (Si aún no encuentras el estímulo adecuado, lee este artículo)
No agradable, pero importante (Cualquier cambio requiere esfuerzo)
Pensamientos después de hacer ejercicio (Conoce más sobre el proceso de tu cerebro)
El ejercicio en la vida del adulto mayor (Lo valioso de considerar siempre el ejercicio)
6 lecciones que aprendí mientras corría (¿Qué aprendes tú en tu ejercicio?)
6 buenas razones para mantenerse activa en casa (Sigue estos consejos)
Cómo correr diez kilómetros en 10 pasos (Tips útiles para tu ejercicio)
Secretos de una buena nutrición
¿Niños ciegos o parcialmente ciegos por no consumir vitamina A? Sí, hasta en la República Mexicana
Por Sara Trejo de Hernández
Graves problemas de salud como este, serían fácilmente prevenidos al saber que lechugas, coles y todas las hojas verdes, además de zanahorias, proporcionan esta vitamina, expresa a Prisma la doctora Ruth de Daw, especialista en nutriología, quien se encarga de enseñar a las mujeres a usar los recursos alimenticios que poseen para tener una dieta completa y balanceada.
Al mismo tiempo su esposo Carlos, ingeniero agrónomo, anima a las familias a tener un huerto familiar y a hacer su estufa solar para guisar los platillos que Ruth les enseña.
Los Daw apoyan el trabajo de Alfalit Internacional de América Latina y han contribuido grandemente a mejorar las condiciones de vida en áreas pobres de México.
Ya jubilados, los Daw han trabajado como voluntarios en Alfalit desde 1989. Son padres de tres hijos y abuelos de ocho pequeños. En el desarrollo de su servicio han encontrado que el mayor problema que enfrentan las personas para cambiar su forma de alimentarse, es la falta de voluntad, pues a veces pesa más la tradición y las costumbres que el conocimiento.
Algunos consejos sobre la forma sana y adecuada de alimentarnos, que nos proporciona la doctora Ruth: En primer lugar, la buena nutrición requiere el consumo variado de los diferentes grupos de alimentos (proteínas, cereales, leguminosas y vitaminas) cada día. Y para tener una buena salud, es de suma importancia aumentar el consumo de frutas y verduras y hacer ejercicio diario.
En lugares en los que no se puede conseguir leche, o en casos de personas a las que la leche les hace daño, la cáscara de huevo es un buen sustituto para proveernos del calcio que la leche nos proporciona.
¿Cómo se toma? Se prepara así: Se lava muy bien y se introduce unos segundos en agua hirviendo para quitar los microbios. Por último hay tres opciones:
1) Exprimir limón en ella hasta que esté suave y se pueda comer o agregar a ensaladas o guisos.
2) Triturarla y agregarla a otros alimentos.
3) Molerla y espolvorearla en verdura, fruta, bebidas, etcétera.
Otros alimentos que contienen calcio son los derivados de la leche como yogurt, queso, crema y las tortillas de maíz preparadas en los molinos con grano de maíz y cal.
Para las mujeres es muy importante consumir calcio toda la vida, para prepararse para los embarazos y evitar la osteoporosis. Hasta la edad de los veinticinco años se da un aumento de calcio pero posteriormente viene un descenso, lo cual causa la osteoporosis.
En ocasiones la proteína es inaccesible por el elevado costo. Se puede sustituir al combinar cereales y leguminosas, como arroz con frijoles, se obtiene una porción equivalente a una de proteína. Otra opción es unir un poco de proteína con mucho cereal. Por ejemplo, desmenuzar pollo en arroz o hacerlo en tacos o un poco de leche con avena. Estos elementos juntos proporcionan la misma calidad que la que nos ofrece la proteína de los productos animales.
Sin embargo, aun cuando se cuente con el ingreso suficiente para comprar carne, no es muy saludable consumirla más de una vez al día. Al cocinar las carnes se debe usar fuego bajo, porque la proteína se daña con las temperaturas altas. Con respecto al huevo, cuando lo van a consumir bebés, ancianos o enfermos, es muy importante cocerlo muy bien porque puede contener salmonela que no se destruye de otra forma.
Otro alimento con calidad proteica es la soya. Posee una virtud preventiva contra el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y ayuda en los trastornos de la menopausia. Los investigadores han descubierto que la soya produce una hormona parecida a los estrógenos. Se debe tener cuidado de que las niñas no coman mucha soya por la cantidad de hormonas que contiene.
La producción de estos desciende en las mujeres durante la menopausia, por lo que el consumo de este grano ayuda a evitar los malestares de esa etapa. Al conseguir la soya, cuézala en agua hirviendo con una pizca de bicarbonato de sodio. Permita que hierva cinco minutos y repita el procedimiento, tirando el agua de la cocción en cada ocasión. Se puede comer como cacahuates.
La doctora Ruth enfatiza que prevenir es mejor que lamentar. La falta de la vitamina A también afecta el crecimiento, por lo que se deben comer alimentos de color naranja como zanahoria, calabaza, camote y verduras verdes como la verdolaga, acelgas, espinacas, quelites y berros, además de la leche enriquecida.
Es importante consumir grasas porque son las encargadas de transportar las vitaminas liposolubles como la A, D, E y K y los ácidos grasos esenciales que no puede fabricar el organismo. Por supuesto, debemos tomarlas con medida.
El aceite de oliva es excelente pero no debe usarse para freír porque se ha descubierto que así produce cáncer. El aceite de canola es mejor que otros aceites porque soporta el calor y no se daña. Por supuesto, el aguacate y las oleaginosas como los cacahuates, nueces y almendras son buenas fuentes de provisión de grasa. No así la grasa de animales.
Como madres podemos dar buen ejemplo a los hijos alimentándonos de una forma nutritiva. Es conveniente tener verduras y frutas listas para consumir, así los chicos las toman en vez de productos chatarra poco nutritivos.
Los cítricos como naranjas, limones o jitomates no deben exponerse demasiado tiempo al aire porque pierden sus propiedades; deben mantenerse cubiertos.
Existen en el mercado galletas que no solo son sabrosas sino además nutritivas, adicionadas con ácido fólico y vitamina B, necesarios para la formación de la columna vertebral del feto en el primer mes del embarazo. Por supuesto, estos elementos se encuentran al natural en los frijoles, el jugo de naranja y las verduras verdes. Recuerde que si comer frijoles le causa molestias, puede remojarlos toda una noche, tirar esa agua y después ponerlos a cocer. También puede comer porciones pequeñas e ir aumentándolas hasta que tolere mayor cantidad.
Otra verdura rica en vitaminas A, B y C, hierro y calcio, es el brócoli. No olvidemos que ningún vegetal debe cocerse excesivamente pues pierde sus propiedades. Si lo cuece al vapor o lo deposita en el agua hirviendo hasta que esté un poco blando, es suficiente para consumirlo.
Una buena alimentación en el presente permite tener una buena figura, estar sanos y formar una generación con buenos hábitos. En el futuro recibiremos los intereses de esa inversión con una vida activa y un cuerpo en buen estado para nosotros y nuestros hijos. Seamos personas sabias, es lo que recomienda la doctora Ruth.
Tal vez también te interese leer:
Salud integral (Descubre qué cosas son parte de esta salud)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Nutrición satisfactoria (Nútrete integralmente)
Nuestra relación con la comida (Analiza y establece una correcta relación)
Cómo asegurar una correcta alimentación (Toma decisiones que te benefician)
Nutrición para evitar la depresión (Toma nota y comparte)
Defiende tu salud comiendo (consejos para establecer hábitos alimenticios sanos)
Cómo hacer cambios verdaderos (Estos consejos pueden serte útiles)
Nutrición para evitar la depresión
Según un artículo publicado en la Revista Mundial de Psiquiatría, existen algunos alimentos “antidepresivos”
Por la Doctora Carla García Blumenkron
El cerebro es un órgano más de nuestro cuerpo e igual que los pulmones y el corazón, también puede enfermarse. Por esto, acudir con el médico ante la manifestación de algún síntoma, es lo más indicado. Los trastornos mentales son muy frecuentes, a veces no se logran diagnosticar adecuadamente porque para algunas personas es difícil acudir con un psicólogo o psiquiatra.
De estas afecciones, la depresión es la que se presenta con mayor frecuencia, sobre todo en ciudades y zonas urbanas. Por esta razón la investigación científica comienza a enfocarse más en el tratamiento de esta enfermedad y terapias coadyuvantes.
La depresión involucra a la persona total: cuerpo (física), alma (la mente, voluntad y emociones) y el espíritu (donde residen nuestras necesidades internas más profundas), donde la persona es incapaz de experimentar el gozo.
Sabemos que es importante buscar terapia integral: medico- espiritual, pero ¿que hay con la alimentación? ¿Podrá ayudar una alimentación balanceada a mejorar los síntomas depresivos?
La investigación en requerimientos nutricionales, súper alimentos, microbióticos, fitonutrientes, entre otros, se ha intensificado en los últimos años. Se ha descubierto, mediante las evidencias, que la alimentación y la nutrición tienen un papel muy importante, incluso terapéutico en diversas enfermedades.
Según un artículo publicado en la Revista Mundial de Psiquiatria, existen algunos alimentos “antidepresivos”. Se ha llegado a esta definición por medio de estudios. Los cuales se han basado en la evidencia de diferentes nutrientes, que en nuestro organismo pueden tener un efecto preventivo de la depresión. Han demostrado la disminución de los síntomas depresivos hasta en 40% con tratamiento y consejería nutricional.
Como resultado, se encontraron doce nutrientes “antidepresivos”: folatos, hierro, ácidos grasos omega 3 de cadena larga (EPA y DHA), magnesio, potasio, selenio, tiamina, vitamina A, vitamina B6, Vitamina B12, Vitamina C y zinc. Los alimentos con más nutrientes benéficos para la depresión de origen animal son: ostras, vísceras, hígado, mariscos. De origen vegetal: berros, espinaca, mostaza, rábanos, lechuga, nabos. Sin embargo, no es muy común consumir este tipo de alimentos.
Existen muchos tipos de dietas que buscan mejorar nuestra salud. Después de analizar varias de ellas (tradicional, mediterránea, occidental, moderna) se ha llegado a la conclusión de que lo más recomendable es disminuir el consumo de alimentos procesados. Seleccionar alimentos basados en su valor nutricional tratando de cubrir los requerimientos diarios de verduras y frutas. Por último, evitar consumir calorías excesivas. Se recomienda una dieta balanceada con al menos 400 gr. de vegetales, frutas y granos. Estos deben ser variados, de diferentes colores.
La flora intestinal es muy importante para la salud mental. La fibra y los fitonutrientes son importantes en la flora intestinal. Los fitonutrientes son compuestos derivados de las plantas como el licopeno y quercetin, son antioxidantes y son importantes en los procesos inflamatorios y de la respuesta inmunológica en nuestro cuerpo, se encuentran en los vegetales, frutas, cereales, legumbres, granos, frutos secos. Los colores vibrantes de las frutas y verduras se deben a los fitonutrientes.
Verde: alfalfa, berro, perejil, espinaca, romero, soya, menta.
Rojo: tomate y cereza.
Violeta: uva, grosella, frambuesa, zarzamora, blueberries y arándano.
Blanco: cebolla
Naranja: naranja, pomelo, limón, mandarina, cúrcuma y caléndula.
Para las personas con depresión la incorporación de una dieta variada, balanceada y completa, a la terapia psicológica, es de gran ayuda para la recuperación.
“Dios hizo la hoja para medicina” (Ezequiel 47:12). Así como lo vemos en este versículo, parte de la medicina para nuestro cuerpo es la adecuada alimentación. Esta es la razón por la que Dios creó una gran variedad de frutas, vegetales y organismos que nutren nuestras células. Tenemos la posibilidad de incorporar a nuestra alimentación diaria, alguno de estos elementos, ya sea en licuados, guisados, cremas, smoothies, como guarnición, etc. Existen muchas recetas que pueden ayudarnos a complementar nuestra alimentación.
La depresión es una enfermedad que en muchas ocasiones se presenta por cómo respondemos a las desilusiones en nuestra vida. Afecta directamente a la salud de nuestro cuerpo, no solo mental sino también de forma física. Por medio de su Palabra, Dios nos anima a restaurar la salud de nuestro espíritu, alma y cuerpo.
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo, y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5.23).
Hagamos lo que nos toca para recuperar la salud. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2).
Tal vez también te interese leer:
Salud integral (Descubre qué cosas son parte de esta salud)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Nutrición satisfactoria (Nútrete integralmente)
Nuestra relación con la comida (Analiza y establece una correcta relación)
Cómo asegurar una correcta alimentación (Toma decisiones que te benefician)
Secretos de una buena nutrición (Descubre el valor de algunos alimentos)
Defiende tu salud comiendo (consejos para establecer hábitos alimenticios sanos)
Cómo hacer cambios verdaderos (Estos consejos pueden serte útiles)
Defiende tu salud comiendo
Necesitamos una gran cantidad de nutrientes que nos ayuden a tener una buena calidad de vida aun con el paso del tiempo
Por Karina Rodríguez Chiw
Haz de la comida tu aliada; además de alimentarte busca nutrirte a través de ella. Tu salud te lo agradecerá.
Más allá de solo preocuparte por contar calorías y disminuir las porciones de lo que comes para cuidar tu figura debes saber elegir alimentos que realmente nutran tu organismo para sentirte bien y no enfermarte.
Somos lo que comemos.
Es importante aprender a comer ya que “la finalidad de alimentarnos saludablemente es nutrir las células de nuestro cuerpo”, afirma la Nutrióloga Marybel Yáñez.
Necesitamos una gran cantidad de nutrientes que nos proporcionen energía, fomenten el crecimiento y desarrollo normales; y que nos ayuden a tener una buena calidad de vida aún con el paso del tiempo. Ya que alimentarnos mejor nos ayuda a ganar salud.
Desde la antigüedad, personas de diferentes culturas descubrieron que había una relación muy estrecha entre los alimentos y la salud. Los antiguos egipcios, griegos y romanos sabían de las propiedades medicinales y curativas de algunos alimentos.
Incluso Hipócrates, conocido como ‘el Padre de la Medicina’ estableció: “Que la medicina sea tu alimento, y el alimento, tu medicina”. Y hace ya más de un siglo, los científicos descubrieron que si el cuerpo no obtiene los nutrientes necesarios, podría enfermarse. Por ejemplo: se descubrió que la deficiencia de calcio producía osteoporosis; de hierro, anemia; y de ácido fólico, defectos congénitos.
Hoy los científicos saben que no solo las vitaminas y los minerales son necesarios; han identificado nutrientes que pueden actuar en la prevención y/o el manejo de las enfermedades.
El secreto para prevenir padecimientos y mantenerte saludable es que adquieras buenos hábitos alimentarios para alcanzar un estado nutricional adecuado.
La mejor manera de lograrlo es incluir una amplia variedad de alimentos en tu dieta diaria. No existe un solo alimento que contenga todos los nutrientes esenciales para el organismo, por eso debes combinarlos entre sí.
Y contrario a lo que se cree, “no hay alimentos buenos ni malos, sino alimentaciones balanceadas o no balanceadas. Por eso debemos aprender a comer”, asevera la nutrióloga Yáñez.
Los alimentos básicos en una dieta saludable son:
1. Frutas, verduras y hortalizas. Nos aportan vitaminas como A y C; minerales como potasio, selenio y hierro; fibra y antioxidantes. Se recomienda consumir cinco raciones diarias de este grupo de alimentos. Consume verduras como acelgas, espinacas, brócoli, quelites, betabel, zanahoria, jitomate, coliflor, y frutas como papaya, melón, guayaba, toronja, naranjas, mandarina, plátano.
2. Cereales. Son la principal fuente de energía para el organismo. Pero deben consumirse con moderación y de acuerdo con las actividades físicas que se practiquen para mantener un peso adecuado. Los mejores son los integrales ya que aportan fibra, necesaria para un buen funcionamiento intestinal. Se encuentran en: maíz, trigo, cebada, arroz, amaranto y sus productos derivados como tortillas de nixtamal, pan y galletas integrales, pastas.
3. Leguminosas y productos de origen animal. Poseen un alto contenido de proteína. Las leguminosas como frijol, soya, habas, chícharos y lentejas, son una buena fuente de fibra y energía. Mientras que las proteínas de origen animal como la carne de res o de cerdo, la leche y el queso, además de proteínas tienen un alto contenido de grasas saturadas y colesterol. Por eso se recomienda elegir cortes magros y leche y quesos descremados; así como carnes blancas: pollo, pavo o pescados (de preferencia sin piel).
Es importante tomar en cuenta que los alimentos de los tres grupos se complementan, por lo tanto:
Incluye al menos un alimento de cada grupo en cada una de las comidas del día.
Puedes sustituir de un mismo grupo un alimento por otro, ya que son equivalentes.
Ingiere un alimento derivado de cada grupo y procura variarlos en cada comida.
Mejora la calidad de la proteína que contienen los cereales al combinarlos con leguminosas o productos lácteos.
Una alimentación equilibrada ayuda a reforzar el sistema inmunológico ya que incluye una variedad de alimentos en cantidades adecuadas.
También es primordial “mantener un intestino sano, para lo cual debemos consumir lactobacilos, vitamina C y Zinc. Así como oligosacáridos que actúan como alimento para las bacterias del intestino (flora intestinal o microbiota)”, advierte la especialista. Puedes encontrarlos en:
Vitamina C. Frutas como naranja, mandarina, limones, toronja, guayaba, kiwi, fresas, melón, chile, pimiento, cilantro, perejil.
Lactobacilos. Yogur y/o complementos alimenticios si eres intolerante a la lactosa.
Zinc. Frijoles, habas, lentejas, semillas de girasol, mariscos, hígado, carnes.
Oligosacáridos. Aloe vera (hoja fresca o complementos alimenticios)
Otros nutrientes relacionados con el sistema inmune:
Selenio. Actúa como antioxidante y junto con la vitamina E reduce el daño de los radicales libres relacionados con enfermedades como cáncer. Fuentes: Nueces del Brasil, pescado, hongos, semillas de girasol, mariscos, pavo, cereales enteros.
Vitamina A. También se sintetiza en los intestinos desde el betacaroteno y otros carotenoides. Fuentes: zanahorias, calabazas, camote, lácteos, huevo.
Vitamina E. Es un potente antioxidante. Fuentes: aguacate, frutos secos, aceite de oliva, verduras de hojas verdes, semillas como nueces, almendras.
Ácido Fólico. Su carencia disminuye la formación de anticuerpos. Fuentes: verduras de hoja verde, espárragos, frijoles, betabel, brócoli, lentejas, chícharos.
Omega 3. Incrementan la salud cardiovascular y suprimen los compuestos antiinflamatorios. Fuentes: aceites vegetales: oliva, aguacate, coco orgánico, linaza; y semillas (almendras, nueces, pistaches); pescados azules (sardina, atún, salmón).
Licopeno. Carotenoide antioxidante defiende a las células inmunitarias contra el daño oxidante y protege contra enfermedades cardiovasculares y cáncer. Fuentes: duraznos, toronja, jitomates, sandía.
Las grasas son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo; pero consúmelas con moderación en la cantidad y calidad adecuadas.
Las saturadas (carnes, embutidos, panes, bollos y productos de pastelería) en exceso aumentan el nivel de colesterol y triglicéridos y también el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Son mejores las insaturadas (aceites de origen vegetal, pescados azules, aceite de oliva virgen). Pero no te excedas, limita su consumo a solo 30% de las calorías de tu dieta diaria.
El mayor contenido de grasa de las almendras, avellanas, piñones, pistaches y nueces es de tipo insaturada; la cual ayuda a controlar los niveles de triglicéridos y colesterol en la sangre.
Evita: Grasas saturadas: chicharrón, carnitas, mantequilla, crema, mayonesa, tocino.
Prefiere: Aceite de coco orgánico, aceite de aguacate, linaza.
Evita: Comida procesada o chatarra.
Prefiere: Verduras frescas con limón y sal: jícama, zanahoria, pepino.
Evita: Alimentos procesados e industrializados por su contenido de colorantes y conservadores.
Prefiere: Chips de verduras hechos en casa con aceite vegetal o al horno.
Evita: Bebidas con alcohol. El cuerpo tarda en eliminarlo 72 hrs.
Prefiere: Bebidas naturales sin alcohol hechas en casa.
Olvídate de:
Saltarte comidas. Ya que tu cuerpo almacenará la siguiente comida en forma de grasa.
Tomar refrescos. El sodio y lo sustitutos del azúcar que contienen a la larga no son saludables y pueden provocar enfermedades como obesidad e hipertensión.
Consumir solo alimentos industrializados (envasados o enlatados). Ya que contienen sodio y conservadores químicos que tardan en ser eliminados por el organismo.
Sugerencias de la especialista.
Come colaciones cada tres o cuatro horas, ya que el cerebro necesita glucosa para funcionar; además te ayudará a mantener tu metabolismo activo.
Bebe mucha agua, de preferencia alcalina. Te ayuda a hidratarte y mantener tus células sanas.
Combina una buena alimentación con la práctica de ejercicio constante, así tus órganos funcionarán mejor.
Lee las etiquetas de los productos tomando en cuenta la cantidad de grasa, sodio y azúcar, no las calorías. Solo los nutriólogos deben contarlas, si lo haces corres el riesgo de equivocarte en la cantidad de proteínas, grasas o carbohidratos que debes consumir según tus necesidades.
Cocina al vapor para mantener los nutrimentos de los alimentos.
Usa aceite de coco orgánico, aguacate y cártamo para cocinar. En frío, para las ensaladas, utiliza aceite de oliva o linaza.
Sé creativo y planea tus menús semanales; así te será más fácil comprar alimentos saludables para tu despensa.
Más información en:
Documental “Súper engórdame” (Super size me) https://www.youtube.com/watch?v=P0mWuKZf-Jw
Aprende a balancear tus alimentos con el juego de “El Plato del Bien Comer” http://sinutre.com.mx/blog/?page_id=855
Libro: Grasa tóxica. Autor: Barry Sears. Editorial Urano. Colección Books4pocket.
Tal vez también te interese leer:
Salud integral (Descubre qué cosas son parte de esta salud)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Nutrición satisfactoria (Nútrete integralmente)
Nuestra relación con la comida (Analiza y establece una correcta relación)
Cómo asegurar una correcta alimentación (Toma decisiones que te benefician)
Secretos de una buena nutrición (Descubre el valor de algunos alimentos)
Nutrición para evitar la depresión (Toma nota y comparte)
Cómo hacer cambios verdaderos (Estos consejos pueden serte útiles)
La dieta de la zona
Tenemos solo un cuerpo. Debemos tratarlo con sabiduría
Por Karina Rodríguez Chiw
El programa nutricional de la Zona surgió hace más de 20 años. Su creador el Dr. Barry Sears, científico e investigador de la Universidad de Boston y del Instituto Tecnológico de Massachusetts, buscaba un medicamento que frenara su condición genética cardiaca, enfermedad que lo llevaría a la muerte, tal como les había sucedido a su papá, tíos y hermanos.
Tomando las bases ancestrales de Hipócrates, médico griego, quien decía que la comida debe ser nuestra medicina; descubrió que los alimentos pueden actuar en nuestros genes de manera positiva o negativa.
Según las investigaciones del doctor Sears, los alimentos pueden actuar a nuestro favor, ya que a través de lo que comemos podemos disminuir nuestra condición genética no favorable que nos predispone hacia ciertas enfermedades (crónico-degenerativas) como las cardiovasculares, el cáncer, la obesidad y la diabetes, entre otras.
Y es que, “cuando las proteínas, los carbohidratos y las grasas se desdoblan y entran en la sangre producen ciertas respuestas hormonales. Si estas son correctas, es decir, antiinflamatorias, los genes malos se inhiben y se activan los genes buenos, lo cual nos ayuda a prevenir enfermedades”, señala la doctora Silvia de Lourdes Orozco Aviña, Directora General de la Zona en México (zonediet.com.mx).
Pero si son incorrectas provocan inflamación celular, la cual es responsable de las enfermedades crónico-degenerativas que afectan a miles de personas en todo el mundo. Por eso es importante que aprendamos a combinar los alimentos y que adquiramos hábitos positivos en nuestra vida diaria.
Los principios básicos que la dieta de la Zona establece para una sana alimentación son equilibrio y moderación. Lo importante en este plan es aprender a comer. El primer paso es racionar nuestros platos en cada comida y no ingerir demasiadas calorías en una sola sentada.
Lo ideal es combinar proteínas, carbohidratos y grasas de manera equilibrada; ya que cada grupo de alimentos tiene una función específica y mezclarlos de manera adecuada nos permite aprovechar al máximo sus beneficios evitando sus efectos negativos.
Proteínas. El cuerpo necesita una dotación constante de proteínas para reemplazar las que pierde a diario. Si no las consumimos los músculos se debilitan y el sistema inmunológico se hace menos efectivo.
Además, estimulan la liberación de glucagón, una hormona de movilización que le indica al cuerpo la cantidad de carbohidratos almacenados que debe liberar desde el hígado para mantener los niveles adecuados de glucosa que va al cerebro.
Si no ingerimos la cantidad adecuada de proteína en una comida, dos o tres horas después sentiremos hambre porque no podremos mantener los niveles de glucosa. El glucagón evita la secreción excesiva de insulina.
Las mejores son las proteínas bajas en grasa, por ejemplo: pollo sin piel, pavo, pescado, carne magra, claras de huevo, productos lácteos bajos en grasas, tofu o imitaciones de carne elaboradas con soya. En una comida no deben consumirse más proteínas que las que quepan en la palma de la mano.
Carbohidratos. Elige los carbohidratos “favorables” con baja capacidad para estimular la insulina (baja carga glicémica) y evita los “desfavorables”, que tienen una alta capacidad para estimular la insulina (alta carga glicémica).
Los vegetales (a excepción del maíz, zanahorias y betabel) tienen una menor carga glicémica, así como las frutas (exceptuando los plátanos y pasas). Los granos y las harinas: pasta, pan, papas, etc. (a excepción de la avena y la cebada, que son ricos en fibra soluble) tienen cargas glicémicas muy altas.
Grasa. Aunque suene contradictorio, se necesita grasa para quemar grasa. Pero no todas son iguales. Existen dos tipos: las “buenas” como las grasas mono insaturadas (que provienen del aceite de oliva, ciertos tipos de nueces, almendras y del aguacate) y los ácidos grasos esenciales Omega 3 de cadena larga que se obtienen de los pescados (azules como atún, salmón, macarela, etc.) y de los aceites de pescado (el mejor es el aceite grado farmacéutico por su pureza y concentración).
Evita las grasas saturadas (que están en cortes grasosos de carne roja y productos lácteos enteros), las grasas-trans (grasas artificiales que están en todos los alimentos procesados) y el ácido araquidónico (de cortes grasosos de carnes rojas, yema de huevo y vísceras).
El mejor tratamiento para controlar la inflamación celular silenciosa es una dieta de baja carga glicémica que incluya en cada comida una porción de proteínas, carbohidratos ('favorables') y grasas ('buenas').
También deben incluirse altas dosis de aceite de pescado grado farmacéutico (con concentraciones elevadas de ácidos grasos Omega 3).
Estas “estrategias nutricionales permiten mantener la inflamación celular bajo control de por vida y sin efectos secundarios”, advierte el doctor Gustavo Orozco Aviña, director Médico del Instituto de Investigación de la Inflamación A.C.
Según el Instituto de Investigación de la Inflamación A. C. un nivel de inflamación celular normal debe ser de 1.5, mientras que los latinos tenemos un nivel de 18 (iinvi.org)
¡Manos a la Obra!
Al ser un plan de alimentación no restrictivo y que incluye todos los nutrimentos, tanto niños como adultos pueden obtener sus beneficios. Así que apliquémoslo en la dieta familiar.
Primero, dividamos el plato en tres secciones. En un tercio se coloca un poco de proteínas bajas en grasa que no sean más grandes ni más gruesas que la palma de la mano. Luego se llenan los otros dos tercios del plato con frutas y vegetales.
Se añade una pizca de grasas monoinsaturadas como: aceite de oliva, almendras rebanadas o hasta guacamole, y ¡listo, tenemos nuestra comida en la Zona!
Los beneficios hormonales de cada comida duran solo cuatro horas, por eso tenemos que comer así en cada comida y colación para obtener el mejor funcionamiento hormonal. Nuestra comida debe ser como una medicina: debemos tomar la dosis correcta a la hora adecuada.
Evitemos comer todas las proteínas en una sola comida y todos los carbohidratos en la siguiente, porque los niveles de insulina se elevarán.
Dos buenos hábitos:
1. Realizar ejercicio moderado. Este reduce la inflamación celular y el intenso la incrementa. Lo ideal es hacer 30 minutos de caminata a diario a paso lento moderado (en el que puedas platicar).
2. Controlar el estrés. Tomar tiempo para respirar, reflexionar, orar y relajarse. El estrés genera mucha inflamación celular.
Beneficios de vivir en la Zona.
Estos dos hábitos dan como resultado:
Mayor concentración. Mantiene los niveles de glucosa estables durante el día y el cerebro está constantemente provisto de energía.
Mayor rendimiento. Estabiliza los niveles de insulina, entonces la grasa almacenada se convierte en una gran fuente de energía para todo el día.
Mejor imagen. Ayuda a perder o mantener el peso, exclusivamente de tejido graso y no de agua ni de músculo.
Bienestar. Evita los bajones de glucosa que nos hacen estar cansados, hambrientos e irritables.
Previene el riesgo de enfermedades crónico degenerativas, como cardiovasculares, diabetes, artritis, osteoporosis y cáncer.
Menos infecciones. Se fortalece el sistema inmunológico al consumir una cantidad adecuada de proteínas.
Tenemos solo un cuerpo. Debemos tratarlo con sabiduría, cuidándolo y protegiéndolo de los ataques del medio ambiente. La forma en que comemos es crucial. Seamos buenos mayordomos del cuerpo que Dios nos ha dado.
Tal vez también te interese leer:
Aprovecha las leguminosas (Descubre las ventajas de este alimento)
Salud integral (Descubre qué cosas son parte de esta salud)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Nutrición satisfactoria (Nútrete integralmente)
Nuestra relación con la comida (Analiza y establece una correcta relación)
Cómo asegurar una correcta alimentación (Toma decisiones que te benefician)
Secretos de una buena nutrición (Descubre el valor de algunos alimentos)
Nutrición para evitar la depresión (Toma nota y comparte)
Aprovecha las leguminosas
Algunas recetas de utilidad para integrarlas a la dieta diaria
Por Anita de Bautista
Una leguminosa es el fruto que resulta de las plantas con vaina. Existen muchas variedades de legumbres pero todas comparten una estructura y propiedades muy similares. Son muy ricas en fibra, proteínas y minerales como el hierro, el calcio, el fósforo, el potasio, el magnesio o el yodo.
Son frutos secos comestibles e incluyen a los frijoles, chícharos, lentejas y garbanzos, entre otros. Son de los alimentos más nutritivos que existen y son baratos.
Las leguminosas son bajas en grasa, fuente de fibra dietética, ácido fólico, potasio, hierro y magnesio. Por su contenido de proteína, pueden ser sustituidas por carnes con la ventaja de que son libres de colesterol y grasa saturada. Por todo esto es importante incrementar el consumo de leguminosas.
Algunas ideas para incluir más leguminosas a tu dieta.
Agregar a las sopas y guisados.
Hacer pastas con las leguminosas molidas pues sirven para hacer aderezos y botanas.
Usar garbanzos, frijoles y habas molidos en cremas.
Agregar a ensaladas o bien consumir por sí solas como aperitivo.
Acompañar los desayunos con frijoles molidos o usarlas como guarnición en la comida o cena.
Sustituir las carnes por leguminosas.
Tips para reducir los gases.
Los frijoles y demás leguminosas pueden producir gases y flatulencias. Sigue estos consejos para disminuir este problema.
Es necesario saber que son muy duras, por eso se deben remojar. Cambia el agua varias veces una vez que las leguminosas hayan estado en remojo.
Prepáralas en olla de cocción lenta, esto ayuda a que sean más fáciles de digerir. Agrega 1 cucharada de bicarbonato de sodio al agua donde las vas a cocinar.
Comerlas germinadas.
Otra forma de usar las leguminosas es germinándolas. A través de este proceso son más nutritivas y más fáciles de digerir.
Para germinarlas:
Se remojan toda la noche y después se cuelan para quitar el exceso de agua. Inmediatamente después se ponen sobre una charola, se tapan con un trapo limpio y se ponen en un lugar obscuro.
Tomará un día o dos para que empiecen a germinar. Después se pueden congelar para tenerlas disponibles cuando se requieran.
Tal vez también te interese leer:
Salud integral (Descubre qué cosas son parte de esta salud)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Nutrición satisfactoria (Nútrete integralmente)
Nuestra relación con la comida (Analiza y establece una correcta relación)
Cómo asegurar una correcta alimentación (Toma decisiones que te benefician)
Secretos de una buena nutrición (Descubre el valor de algunos alimentos)
Nutrición para evitar la depresión (Toma nota y comparte)
Cómo correr diez kilómetros en diez pasos
Triunfa y enriquece tu vida al correr grandes distancias. Orientación para principiantes.
Por Jorge Sandoval G.
1.- Cuando corres largas distancias a paso lento se producen importantes cambios benéficos en tu organismo. Aumenta el volumen de aire que manejan tus pulmones. También es mayor la cantidad de sangre que impele tu corazón en cada latido, enviando más oxígeno a los tejidos de todo tu cuerpo. Tus músculos y tendones se afirman y ganan resistencia.
El resultado es una mayor capacidad para cumplir las funciones vitales y tú te sientes mejor, porque estás mejor.
Por lograr tus metas cada día, relajarte y estar vigoroso, tu estado de ánimo se levanta y te llenas de entusiasmo. Correr es posible para prácticamente toda persona que pueda caminar y de veras que vale la pena hacerlo.
2.- Examina la forma en que usas tu tiempo cada día. Identifica tres horas a la semana que puedas dedicar a correr. Haz un esfuerzo para organizarte. Tal vez tengas que cambiar tus hábitos, pero comprobarás que hay actividades que puedes dejar para tener tiempo de correr.
3.- Localiza un lugar abierto y seguro para correr donde te sea fácil acudir frecuentemente. Toma en cuenta en dónde corren otras personas. Mientras más grande sea tu pista será mejor. Puedes correr sobre pavimento, pasto o tierra.
4.- ¡Ahora estás listo! Ponte unos zapatos cómodos (empieza con los que tengas). Entonces ¡corre! Corre y camina alternadamente. Hazlo de preferencia durante una hora completa tres veces por semana. Corre hasta que sientas que debes caminar. Camina hasta que sientas que puedes correr.
No te esfuerces demasiado pero reduce progresivamente, en varias sesiones, el recorrido que avanzas caminando. Descansa tantas veces como sea necesario. Tus progresos deben ajustarse solamente a tu ritmo personal. Al principio seguramente te sentirás adolorido después de correr, como todos. Si no tienes una lesión, no alteres tus planes de correr, ya que haciéndolo te aliviarás naturalmente.
5.- Corre despacio. Tu primer objetivo es correr en forma continua sin tramos recorridos caminando. Después proponte ser capaz de correr sostenidamente durante una hora. Sí, ¡es posible correr una hora completa, aunque ahora te parezca increíble!
Habrás alcanzado una importante meta cuando lo logres. Pero después de todo, fíjate la meta que te guste, o la que te permita el período de que dispones para correr. Para completar una hora corriendo debes hacerlo lentamente. Puedes descansar, sin dejar de correr, reduciendo más tu velocidad.
Cuando hayas corrido entre 15 y 25 minutos te sentirás casi extenuado. Vence este momento crítico. No te rindas. Proponte continuar. Generalmente lo lograrás y seguirás adelante con tu cuerpo cargado de mayor energía. Cuando hayas logrado correr sistemáticamente durante una hora, trabaja, si quieres, en aumentar tu velocidad y consecuentemente la distancia recorrida en ese lapso.
6.- En cuanto a tu postura al correr, hazlo con el cuerpo erguido. Lleva la cabeza naturalmente levantada, y tus manos a la altura de la cintura, naturalmente abiertas.
Es muy importante que el pie que se adelanta caiga primero sobre el talón y “ruede” hasta terminar sobre la punta como su fase de apoyo en el suelo, para iniciar la siguiente zancada. De esta manera no se dañará la estructura de tus pies ni lastimarás tus rodillas.
Respira normalmente, inhalando todo el aire que necesitas. Verifica que tu condición de oxigenación sea buena hablando o cantando mientras corres.
7.- Tu ejercicio debe tener tres etapas: calentamiento, carrera y relajamiento. El calentamiento sirve para preparar tus músculos, tendones y corazón para el ejercicio. El relajamiento es el proceso inverso para prepararte para volver a la actividad común.
Durante uno y otro realiza ejercicios de extensión de los brazos, el cuerpo, las piernas y los pies. No son ejercicios violentos o rápidos. Se trata de estirar prolongadamente los tendones mediante “movimientos estáticos”. Dedica cuando menos 5 minutos a cada una de estas dos etapas. Combina la carrera con ejercicios para los músculos abdominales.
8.- Cuida tu cuerpo. Protégete del frío y del calor. Bebe mucha agua. Sufrirás pequeñas molestias y dolores mientras corres pero no te detengas, a menos que en algún momento te sientas realmente mal.
Atiende a las señales que tu propio cuerpo te dará cuando corras demasiado tiempo o demasiado aprisa, o si estás enfermo. Duerme lo suficiente. No arriesgues tu salud. Lleva una vida sana. Vigila tu aseo personal.
9.- Aliméntate bien. Necesitas vitaminas, proteínas, minerales y carbohidratos. La mejor forma de obtenerlos es a través de un régimen alimenticio completo que incluya frutas, verduras, carnes, leche, huevos, harinas y cereales. No comas en exceso.
Correr no te hará bajar de peso a menos que reduzcas tu comida a la necesaria. Los alimentos contienen naturalmente más sodio del que necesitas, así que no abuses de la sal.
10.- Participa en una carrera. Hazlo por divertirte y sentirte complacido, no por competir con nadie. Escoge una distancia que te signifique un desafío razonable. Puedes terminarla de cualquier manera, pero prepárate para correrla satisfactoriamente.
En general la distancia que puedes correr es el triple de tu promedio diario durante los dos meses anteriores a la carrera, así que corre 3 kilómetros diarios (o 6 km. cada tercer día) por lo menos 8 semanas antes de participar en una carrera de 10 km. Forma un equipo con tus compañeros y entrena junto con ellos. Haz la carrera a un paso constante de principio a fin, decidiendo de antemano cuál será tu velocidad.
Te deseo que ganes, pero sea así o no, has conquistado un triunfo si el correr largas distancias ya enriquece tu vida.
Tal vez también te interese leer:
Razones de peso para moverte (Si aún no encuentras el estímulo adecuado, lee este artículo)
No agradable, pero importante (Cualquier cambio requiere esfuerzo)
Pensamientos después de hacer ejercicio (Conoce más sobre el proceso de tu cerebro)
El ejercicio en la vida del adulto mayor (Lo valioso de considerar siempre el ejercicio)
6 lecciones que aprendí mientras corría (¿Qué aprendes tú en tu ejercicio?)
6 buenas razones para mantenerse activa en casa (Sigue estos consejos)
Razones de peso para moverte
El entrenamiento con disciplina es útil en todas las áreas de la vida, tanto física como espiritual
Por Karina Rodríguez Chiw
Quizás tu trabajo y las actividades cotidianas te dejan sin fuerzas para ir a un gimnasio al terminar el día; y levantarte muy temprano para salir a correr te resulta inimaginable. Sin embargo, las ganancias de practicar una actividad física son muchas, no solo te ayuda a tener más energía; sino también a mantenerte saludable y lucir mejor.
Diversos estudios demuestran que “hacer ejercicio de manera regular disminuye el riesgo de problemas cardiovasculares y contribuye a reducir el exceso de peso, lo cual aminora el riesgo de diabetes. Por otra parte, los problemas articulares se reducen al practicar deporte y mantener un buen peso corporal, mientras que la salud mental también se beneficia”, afirma el Dr. Joaquín Sánchez Sotelo, Cirujano ortopedista del Colegio de Medicina de la Clínica Mayo.
De acuerdo con Yenue Guarneros, Director y entrenador de Gimnasia Urbana, si haces ejercicio con constancia:
- Tu condición física mejorará.
- Aumentará la irrigación sanguínea a todos los órganos de tu cuerpo.
- Estarás más activo para desarrollar tus actividades diarias.
- Mejorará la movilidad de tus articulaciones y la producción de calcio en los huesos.
- Podrás prevenir enfermedades coronarias y la obesidad producidas por una mala alimentación y el sedentarismo.
Hacer ejercicio debe ser como comer, una necesidad diaria. Para mantener el cuerpo sano debes practicarlo cotidianamente, como un hábito. Los beneficios se verán a corto y largo plazo. Entre ellos experimentarás:
Más salud
Al “mantener un nivel elevado y constante de actividad física, nuestro sistema cardiovascular se adapta mejor a las demandas del organismo. Y junto con una buena alimentación, reduce el riesgo de diabetes y problemas osteoarticulares. Otros padecimientos que pueden evitarse son: la angina de pecho e infarto cardíaco, los accidentes cerebrovasculares, la artrosis y los problemas de espalda”, advierte el Dr. Sánchez Sotelo.
Los investigadores han encontrado que existe una relación entre la actividad física regular y una mejor función inmune. Con ejercicio moderado, las células inmunes circulan más rápidamente y son más efectivas para destruir virus y bacterias.
Menos estrés
Al realizar alguna actividad física con constancia evitarás el "cansancio prematuro y el deterioro general producido por el estrés de la vida cotidiana, el cual nos deja menos tiempo para la recreación y el deporte; y que además es uno de los principales detonantes de la enfermedad tanto física como psicológica", señala el entrenador Guarneros.
Mejor estado de ánimo
Ejercitarse ayuda a “liberar endorfinas en la sangre, sustancias que estimulan receptores cerebrales que conducen a una sensación de bienestar, relativa euforia y mejor humor. Por otra parte, hacer algún deporte supone un motivo para salir de casa y distraer la mente de pensamientos relacionados con problemas; y si se practica en pareja o equipo, nos permite la interacción con otras personas lo cual beneficia la salud emocional”, comenta el Dr. Sánchez. Lo ideal es un programa de ejercicio individual adaptado a las necesidades de cada persona y avalado por un médico.
¿Y el cerebro?
Como cualquier órgano del cuerpo, el cerebro necesita una buena oxigenación y nutrición. Estas dependen de que la cantidad de sangre que le llegue sea suficiente. El "ejercicio, al mejorar la función del sistema cardiovascular y con ello la irrigación sanguínea, influye de forma indirecta y positiva en la función cerebral”, comparte el médico.
La actividad cardiovascular o aeróbica mantiene el sistema circulatorio del cerebro en buena condición para suministrar a las neuronas una dosis adecuada de oxígeno.
¡Actívate!
Los especialistas recomiendan:
- Para empezar, elige qué ejercicio o deporte te gustaría hacer de acuerdo con tu personalidad y cómo podrías lograrlo. Toma en cuenta que debes invertir tiempo en tu entrenamiento.
- Si nunca has hecho alguna actividad física o tienes mucho tiempo de hacer nada, inicia por lo menos dos veces por semana. Lo mejor es tener una frecuencia semanal constante que te permita el logro de tus objetivos.
- Lo ideal es hacerte miembro de un club o gimnasio. Ahí ofrecen diversas actividades individuales o de grupo de una hora. Busca el apoyo de un entrenador y establece un programa progresivo de ejercicio con metas sensatas.
- Caminar a paso veloz ayuda mucho y más a quienes no pueden realizar actividades de impacto; sin embargo, la intensidad es un factor determinante y debe calcularlo un entrenador para que existan beneficios a largo plazo y el cuerpo no se adapte al mismo paso e intensidad lo cual provoca que no haya cambios en el organismo.
- Combina alguna modalidad de ejercicio aeróbico con uno que te ayude a aumentar la masa muscular y añade, si es posible, algún deporte en pareja o equipo una vez a la semana. El ejercicio aeróbico, como correr en cinta, nadar o montar en bicicleta, conduce al consumo de las reservas de grasa y mejora la salud cardiovascular.
- A partir de los 25 a 30 años inicia la pérdida de masa muscular, por lo que conviene añadir ejercicios con pesas para contrarrestarla y aumentar el desarrollo muscular.
- Lo mejor es hacer ejercicio entre tres y cinco veces a la semana, intercalando los días en el gimnasio con levantamiento de pesas y con ejercicios aeróbicos como trotar, correr, nadar o montar bicicleta. Practicarlo todos los días puede provocar fatiga muscular y no permite el desarrollo muscular.
- Evita hacer ejercicios que puedan producir lesiones musculares o articulares, como el levantamiento de demasiado peso o de flexibilidad extremos.
- Participar en una clase de grupo o hacer ejercicio con alguien más te motivará a no desistir de tu entrenamiento.
- No seas deportista solo los fines de semana. Esto puede acarrearte lesiones y demasiado cansancio si te ejercitas de forma exagerada para compensar lo que no hiciste otros días.
Si te falta tiempo
Establece momentos concretos de la semana para hacer ejercicio. Un buen consejo es fijar los días en que entrenarás y cumplirlo, tal como lo haces con tu trabajo. Un “programa de ejercicio debe complementarse con una dieta adecuada que permita el control del peso, pero que a la vez proporcione los nutrientes necesarios para un adecuado desarrollo muscular.
Una vez establecida una rutina de ejercicio físico, el bienestar que produce suele ser una motivación suficiente para continuar; el paso más difícil es comenzar, pero vale la pena y nos permite vivir de forma sana y plena”; sostiene el doctor Sánchez Sotelo.
El entrenamiento con disciplina es útil en todas las áreas de la vida, tanto física como espiritual. El apóstol Pablo pone como ejemplo de vida piadosa lo siguiente: “¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar!
Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno. Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire. Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer” (1 Corintios 9:24-27).
Entonces date un espacio y comienza a realizar alguna actividad física con constancia y pronto verás los beneficios en tu salud.
Tal vez también te interese leer:
No agradable, pero importante (Cualquier cambio requiere esfuerzo)
Pensamientos después de hacer ejercicio (Conoce más sobre el proceso de tu cerebro)
El ejercicio en la vida del adulto mayor (Lo valioso de considerar siempre el ejercicio)
6 lecciones que aprendí mientras corría (¿Qué aprendes tú en tu ejercicio?)
6 buenas razones para mantenerse activa en casa (Sigue estos consejos)
Cómo correr diez kilómetros en 10 pasos (Tips útiles para tu ejercicio)
El café y los valores del reino
Tres características que nos permiten ver la huella del café en nuestro entorno.
Por Jonathan Martin Orosco Medina
—¿Quién quiere café?
Esta pregunta resuena en la sobremesa de muchas familias en la CDMX. Ya sea negro, con leche o de olla, el punto es que haya café.
El café ha logrado lo que instituciones, programas e incluso asociaciones han buscado: momentos de diálogo, amistad y charlas amenas con la familia o amigos.
Alguna vez, platicando con una amiga cuya familia está muy involucrada en las misiones, concluíamos que Dios se refleja a través de la cultura, y que hoy en día, el café es parte de la cultura en nuestra sociedad y que deberíamos utilizarlo para mostrar los valores del reino.
Me parece que el café tiene tres características importantes, que nos ayudan a entender por qué esta bebida provoca un clímax de valores en nuestras reuniones y nuestra sociedad; estas características son: orgánico, puro y concentrado.
1. Orgánico.
El café orgánico es tratado mediante un proceso natural y vivo, es decir sin químicos, sin plaguicidas ni herbicidas. El café orgánico sazona nuestras reuniones con un toque natural, con algo vivo y biológico.
Nuestras reuniones necesitan esto; vivimos en ciudades tan estresantes y rutinarias, con cientos de actividades sistematizadas y con la tecnología a nuestro total alcance. Sin duda alguna necesitamos ser sazonados con lo orgánico, necesitamos de lo vivo y de lo saludable, de eso que provoca pláticas profundas y variadas, con el objetivo de conocer y unir más a las personas.
2. Puro.
Dicen los expertos que para saber si el café de un lugar es bueno, tienes que pedir un americano de máquina o un expresso, esto permite conocer el sabor, sus vitaminas, minerales y por supuesto su pureza.
Tengo alrededor de tres mil personas en Facebook, con más del 80% solo he convivido cara a cara, menos de dos ocasiones. En nuestra actualidad conocemos a nuestros seres queridos y amigos por lo que publican o postean en Facebook, sin ir más allá y quedándonos con lo superficial.
El café en nuestras reuniones permite que conozcamos a las personas tal como son, sin apariencias y con lo mejor y lo peor de ellos, pero de esto se trata, de ser quienes somos y dejar que los demás sean tal cual son, generando un ambiente de verdadero amor, justo como lo hizo Jesús, Él logro poner en la mesa a un judío y a un zelote.
3. Concentrado.
Esta característica tiene que ver con el equilibrio de los diferentes sabores que provoca un mismo café, también tiene que ver con el sabor que perdura aún después de probarlo.
Estoy seguro de que cada vez que tomamos café con un amigo querido, trataremos de buscarlo para volver a verlo. Estoy seguro de que en las familias, al menos dos o tres veces se toma café en la semana, y justo ese es el efecto de esta bebida, una unión y experiencias que queremos repetir.
Estas tres características nos permiten ver la huella del café en nuestro entorno, entender que cada día podemos disfrutar y convivir con las personas, que a veces no sabemos por lo que está pasando alguien, pudiera ser dolor o frustración, pero incluso en esos duros procesos de la vida, les podemos ser de ayuda, muchas veces basta con invitarle un café.
Un excelente escritor decía que en toda cultura hay una ventana que debemos descubrir para poder experimentar los valores del reino, creo que una de esas ventanas son las reuniones que se hacen alrededor de esta bebida. Necesitamos aprender a descubrir esas ventanas y permitirnos experimentar los valores del reino para parecernos cada día más a Jesús y compartirlo con amigos y familiares.
Tal vez también te interese leer:
Una espera que fortalece (En Dios todo es posible)
¡Peligro! Baje la velocidad (Considera las señales)
¿Quién se pasó el alto? (Descubre de quién es la responsabilidad)
La siesta no la cambio por nada (Descubre más sobre este tiempo)
Dentro de diez mil años (Cada decisión es importante)
Despiste (Cómo somos en relación a nuestra fe)
La luz que embellece (Descubre quién es esa luz)
Somos responsables (¿Qué tanto lo has considerado?)
Dios en los sonidos (Descubre lo que Dios te dice a ti)
#Sinfiltro (Estás dispuesto a ser auténtico)
Siete pasos para tus mañanas
Consejos prácticos para la vida diaria
Edición de Milamex
"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos". (Gálatas 6:9)
1) ¡Despierta! Decide tener un buen día. "Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él" (Salmo 118:24)
2) ¡Vístete! Lo mejor que te puedes poner, es una sonrisa. "Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" (1 Samuel 16:7b)
3) Cállate. Dios nos dio dos orejas y una boca, porque quería que escucháramos dos veces más de lo que hablamos. Digamos cosas buenas. "El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad" (Proverbios 13:3)
4) Párate. Defiende las causas en que crees. "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gálatas 6:9-10)
5) ¡Elévate! Pon tu mirada en el Señor. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
6) ¡Extiéndete! Procura alcanzar algo más elevado. "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5-6)
7) ¡Entrégate al Señor! Comunícate con Dios mediante la oración. "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" (Filipenses 4:6).
tal vez también te interese leer:
Razones de peso para moverte (Si aún no encuentras el estímulo adecuado, lee este artículo)
No agradable, pero importante (Cualquier cambio requiere esfuerzo)
Pensamientos después de hacer ejercicio (Conoce más sobre el proceso de tu cerebro)
El ejercicio en la vida del adulto mayor (Lo valioso de considerar siempre el ejercicio)
6 lecciones que aprendí mientras corría (¿Qué aprendes tú en tu ejercicio?)
6 buenas razones para mantenerse activa en casa (Sigue estos consejos)
Cómo correr diez kilómetros en 10 pasos (Tips útiles para tu ejercicio)
Cómo hacer cambios duraderos
Sugerencias prácticas para lograr cambios significativos en tu vida
Por Sara Trejo de Hernández
Si tuvieras la lámpara de Aladino en tu poder, ¿qué peticiones le harías? Tal vez estés pensando: Tener mucho dinero, salud, amigos y viajes. Sin embargo, habría cosas que el genio no podría darte, como estar firme para cambiar malos hábitos, adicciones, actitudes malsanas, mejorar tus relaciones deterioradas o ser un buen estudiante. Eso te corresponde a ti.
Las personas que tienen problemas con el control de su ira, después de que explotan y se enfurecen, se sienten arrepentidas y quieren cambiar, pero no lo consiguen y además hacen mucho daño con sus acciones a los que están a su alrededor.
Para quienes tienen problemas de peso tampoco es fácil dejar de comer lo que engorda o les hace daño. Para los jóvenes, dedicar tiempo al estudio en vez de jugar en la computadora o ver sus redes sociales es una tarea titánica. No es nada sencillo mantenerse firme en algo, aunque sea importante y bueno. ¿Qué puedes hacer para lograrlo? He aquí algunas sugerencias prácticas.
TOMA LA DECISIÓN
Algunas personas no cambian porque dicen no poder hacerlo, pero esa expresión en realidad significa: no quiero. Entonces no logran nada porque ya lo decidieron. Así que lo primero que tienes que hacer es estar convencido en verdad, no porque otros quieren que lo hagas o te presionan, sino porque tú lo quieres.
LOS MINICAMBIOS
Necesitas un plan de acción, que contemple a dónde llegar y cómo hacerlo. La idea de “solo por hoy” es muy valiosa. Para lograr un gran cambio se empieza por algo pequeño, un día y un paso a la vez, en la dirección correcta.
APÁRTATE DE LA TENTACIÓN
En un curso para bajar de peso aconsejaban que al ir a realizar las compras no se pasara por los pasillos peligrosos: de panes, galletas y dulces. Así es con todo lo demás: evita lo que te aparta o distrae de la meta.
RODÉATE DE GENTE QUE TE APOYE
Compartir el plan con alguien que te anime es muy importante. Infórmale con honestidad cada semana cómo vas con tu decisión y acepta que te llame la atención y te aliente a no claudicar.
RECURRE A LA MEJOR AYUDA
Necesitamos la intervención de Dios para realizar grandes cambios. La Biblia dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).
Si quieres la victoria, pide la ayuda de Dios cada día, obedece sus mandamientos y no claudiques. Dios te va a acompañar en el proceso. ¡Comienza ya!
Tal vez también te interese leer:
Razones de peso para moverte (Si aún no encuentras el estímulo adecuado, lee este artículo)
No agradable, pero importante (Cualquier cambio requiere esfuerzo)
Pensamientos después de hacer ejercicio (Conoce más sobre el proceso de tu cerebro)
El ejercicio en la vida del adulto mayor (Lo valioso de considerar siempre el ejercicio)
6 lecciones que aprendí mientras corría (¿Qué aprendes tú en tu ejercicio?)
6 buenas razones para mantenerse activa en casa (Sigue estos consejos)
Cómo correr diez kilómetros en 10 pasos (Tips útiles para tu ejercicio)
Atravesando la tormenta
Cuando nos sentimos tentados a renunciar
Por Keila de Macip
Leí que cuando un piloto atraviesa una tormenta, sus ojos, sus oídos y su razonamiento le dicen algo muy diferente a lo que lee en el panel de control. Debe entonces luchar contra sus instintos y su lógica y depender de algo más. Sus sentidos, en este caso, no son confiables.
Muchas veces cuando atravesamos las tormentas de esta vida, sean problemas o una enfermedad, nos podemos sentir perdidos y a ciegas. Al contemplar las nubes negras nos sentiremos tentados a renunciar. Al oír los truenos, culparemos a otros o incluso a Dios por nuestras desgracias. Quizá nuestra lógica nos sugiera que volemos más bajo y dejemos de acudir a la Iglesia o de orar.
Recordemos que en medio de la tempestad nuestros sentidos nos pueden traicionar. Incluso la lógica puede desviarnos. Necesitamos contemplar el panel de control y obedecer las instrucciones. En otras palabras, necesitamos al Espíritu Santo, quien nos guía a toda verdad y lo hace a través de las Escrituras. Allí están las coordenadas que nos sacarán de la niebla y la confusión de los problemas presentes.
El Salmo 19 nos recuerda que la Palabra de Dios es perfecta, confiable, recta y firme. Si estamos pasando por mal tiempo, miremos la Palabra de Dios. Aun cuando nuestros sentidos digan algo más, hallaremos luz al final del túnel si seguimos los caminos del Todopoderoso.
Tal vez también te interese leer:
8 tips para verte mejor (Sigue los consejos)
Cuando los obstáculos bloquean nuestras metas (¿Qué hacer para lograr terminar lo que nos proponemos?)
Menos maquillaje (Este consejo es muy útil, ponlo en práctica)
Siete pasos para tus mañanas (El mejor consejo para tus mañanas viene de la Palabra de Dios)
¿Qué es lo más importante? (No se puede dar la vida por lo urgente o lo necesario)
El poder de las listas (Prueba y ordena tus actividades)
Aprende a confrontar y no evadir (Consejos probados)
Cuando los obstáculos bloquean nuestras metas
No es fácil cumplir con lo que nos proponemos. . . tal vez porque no lo consideramos tan importante
Por Sara Trejo de Hernández
“¿Quieres bajar esos kilitos de más? Este producto te ayuda a tener una figura escultural. Solo toma una malteada en la mañana y otra en la noche, lleva una dieta balanceada y haz ejercicio”. A principio del año se incrementan anuncios de este tipo en todos los medios de difusión y en las promociones de las tiendas de autoservicio. No cabe duda que después de las fiestas de diciembre, ponernos en forma y bajar de peso, es pertinente.
Establecer nuevas metas es una buena costumbre. Pero si no nos cuidamos, los obstáculos nos vencerán.
Para los cristianos el leer la Biblia entera, es básico. La pastora Edna Lee de Gutiérrez comentaba a sus alumnos de Antiguo Testamento: “Los libros más leídos de la Biblia son Génesis y Mateo, porque iniciamos con bríos a leer el Antiguo Testamento, pero conforme pasa el año, el entusiasmo decae y en Éxodo se deja el proyecto. Al año siguiente se decide leer el Nuevo Testamento, por ser más sencillo. Entonces se comienza con Mateo, para abandonar la lectura en Marcos o Lucas”.
Nos falta autodisciplina para ser constantes. Cuando se quieren establecer nuevos hábitos, deben practicarse, por lo menos, durante 40 días consecutivos para convertirlos en parte de la vida.
Orar por el problema es de mucha ayuda. Recuerdo a un líder con una relación bien cimentada en Cristo que comentó: “Tenía problemas para levantarme y tener mi tiempo con Dios. Así que oré al Señor pidiendo su ayuda y me la ha dado. Él se encarga de despertarme y yo decido levantarme a tener ese encuentro con él”.
Otro obstáculo se levanta cuando nuestras prioridades se oponen a nuestras metas. Conocí a una joven que estaba decidida a aprender inglés y tomó la mañana del sábado para eso, pero no le quedaba tiempo para su familia, así que por el momento desistió de ese plan.
Cada año deseamos lograr cosas nuevas, pero debemos considerarlas a la luz de nuestra relación con Dios, tomar en cuenta a la familia, revisar el tiempo, los gustos y las habilidades adquiridas al momento. Entonces se puede decidir qué hacer.
Antes de establecer nuevos propósitos, en primer lugar busquemos al Señor, preguntemos qué quiere que hagamos, después revisemos lo que tenemos en el corazón, ¿realmente es una orden del Señor? ¿Se opone a nuestras prioridades? ¿Cuál es el costo en tiempo, dinero y dedicación para cumplir con esto? ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio?
Ahora sí, manos a la obra. Pongamos por escrito en un lugar visible nuestras metas. Cuando entre el desánimo, la duda o sintamos que flaqueamos, ese papel nos recordará que no solo fue un impulso nuestro, sino una dirección del Padre. Así será más fácil llegar al final.
Tal vez también te interese leer:
Siete pasos para tus mañanas (El mejor consejo para tus mañanas viene de la Palabra de Dios)
¿Qué es lo más importante? (No se puede dar la vida por lo urgente o lo necesario)
El poder de las listas (Prueba y ordena tus actividades)
Aprende a confrontar y no evadir (Consejos probados)
Pon tus documentos en orden (Evita problemas en el futuro)
Comunicación en la familia (Sigue los consejos y mejora tu comunicación)
Cómo vencer el rencor (Sigue el consejo)
El cansancio
Mi cansancio no desaparecía hasta el jueves de la siguiente semana
Por Sara Trejo de Hernández
Mi esposo y yo nos sentíamos cansados desde que despertábamos hasta que nos íbamos a la cama. Por varias semanas, a pesar de tener el sábado y el domingo, seguíamos igual.
Me empecé a preocupar, ¿qué haríamos para solucionar esa situación? ¿Cuáles de nuestras actividades podíamos recortar para descansar? Pensé que debíamos tomar vitaminas y dormir un poco más temprano.
Estaba en eso, cuando recordé que el cansancio se produce por diferentes situaciones, puede ser físico, emocional, mental o espiritual y muchas veces se relacionan.
Si es físico el agotamiento, una buena alimentación y descanso junto con unas buenas vitaminas harán la diferencia. En una ocasión estaba tan débil que me costaba trabajo aun levantarme en la mañana, pensé que estaba deprimida. Me inyectaron vitamina B y sentí como si la vida me hubiera regresado al cuerpo. Sin embargo, si no hubiera desaparecido sería una señal de alguna enfermedad y debería ver a un médico para que me hiciera exámenes y determinar qué lo producía. Podría ser un problema de tiroides, corazón o hepatitis, entre otros.
Las emociones de dolor, temor y tristeza desgastan mucho. Y como somos personas integrales, no podemos separar lo que sentimos de las reacciones de nuestro organismo. Por eso al estar frágil una parte, se afectan las otras. Descubrir qué ocasiona esos sentimientos y solucionarlo es muy oportuno para resolver nuestra situación. Cuando mi hijo se divorció me sentía agotada, eso afectaba mi desempeño diario en el trabajo y el hogar. Tuve que buscar ayuda para salir de ese bache.
En lo mental sucede de una forma similar. La debilidad puede producirse por estrés, ansiedad, exceso laboral o nervios. Así que dormir y comer bien, además de hacer ejercicio mejoran nuestra condición.
Por último, en la parte espiritual, el cansancio debido a una desobediencia como la de David, cuando adulteró con Betsabé y mató a su esposo, provocó que expresara: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos, en mi gemir todo el día” (Salmo 32:3). Su dolor era físico, emocional, mental y espiritual.
En el caso de Elías, cuando luchó en contra de los 450 profetas de Baal, y los 400 profetas de Asera, se cansó tanto que su oración expresó su agotamiento: “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. Estaba experimentando todos los tipos de cansancio.
En una ocasión me sentí así. Mi esposo y yo llegábamos cada domingo al lugar de reunión, para armar los salones en donde los niños tenían sus clases. Había que subir muebles y materiales en un edificio de tres pisos y al final del día, guardar todo. Solo llegábamos él y yo con dos o tres personas más.
Mi cansancio no desaparecía hasta el jueves de la siguiente semana. Uno de esos domingos, cuando llegué a casa me puse a llorar. En cuanto comí, sentí algo de alivio, pero la verdad es que me sentía triste por la falta de apoyo y en mi espíritu también estaba cansada. Mis hermanos no eran capaces de ver el esfuerzo extenuante que estábamos haciendo y no llegaban los refuerzos, eso me entristecía, frustraba y desanimaba. Dios puso el remedio y nos liberó de esa tarea.
He aprendido que el cansancio es una señal de alerta para revisar cada área de mi vida y hacer lo necesario para corregir lo que no anda bien. Existen metas y objetivos por los que bien vale la pena sentirme así, pero debo revisar si es la voluntad de Dios o solo es mi locura por hacer cosas.
Tal vez también te interese leer:
La comida, la mejor medicina (Y el descanso, el mejor suplemento)
Muerto de sueño (Decide sabiamente en qué ocupas tu tiempo)
¿Te gustaría recuperar la salud? (Toma una decisión)
Tú puedes prevenir la influenza (Los tips son prácticos y fáciles de seguir)
Salud integral (Aprende y pon en práctica los consejos)
7 hábitos que fortalecen el sistema inmune (Pon en práctica estos hábitos)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Salud integral
¿A quién le gusta estar enfermo? Todos buscamos estar sanos. Invertimos tiempo y dinero buscando que nuestra mente y cuerpo se encuentren en buenas condiciones.
"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". OMS 1948
Por Nallieli Pérez Mercado
¿A quién le gusta estar enfermo? Todos buscamos estar sanos. Invertimos tiempo y dinero buscando que nuestra mente y cuerpo se encuentren en buenas condiciones.
La organización Mundial de la Salud (OMS) estableció lo que es la salud integral en 1948. "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". Esta definición incluye un componente subjetivo importante que se debe tener en cuenta en las evaluaciones de los riesgos para la salud.
De acuerdo con esta definición, la salud no es solo la ausencia de enfermedades, sino una condición del desarrollo humano que cada individuo debe cuidar y conservar. Debemos estar conscientes de que necesitamos cuidarnos y analizar qué partes debemos entregar a Dios para que por su gracia nos ayude a cambiarlas.
Es primordial iniciar el día con nuestro tiempo con Dios. A veces el tiempo y las distancias al trabajo u otras actividades lo dificultan, pero esto es lo más importante para mantenernos saludables.
Aquí unos tips para buscar la salud integral:
Salud mental
La salud mental se refleja en el trato que tenemos con la familia, los compañeros de escuela y de trabajo. Incluye a aquellos con los que nos relacionamos en actividades recreativas y en nuestra comunidad. Lo que pensamos influye en estas relaciones. Así que mantener nuestra mente alineada a Cristo nos ayuda a iniciar el día con su guía.
Salud física
La salud física tiene que ver con nuestro cuerpo. Lo que comemos, lo que bebemos y el ejercicio que hacemos.
Iniciemos el día estirando nuestro cuerpo. Propongámonos hacer ejercicio diario o cada tercer día. Este, oxigena nuestro organismo, previene ciertas enfermedades y mantiene nuestros músculos fortalecidos para nuestras actividades.
Pidámosle a Dios que nos muestre lo que necesita nuestro cuerpo, revisemos y practiquemos ciertos ejercicios y veamos con cuáles nos sentimos más cómodos. Recordemos que mantenernos activos y sanos, también glorifica a Dios.
Salud emocional
La salud emocional es el manejo de los sentimientos, pensamientos y comportamientos. Es importante reconocerlos, llamarlos por su nombre, aceptarlos, integrarlos y aprovechar la energía que generan para que estén al servicio de los valores.
Las personas emocionalmente sanas controlan sus sentimientos de manera asertiva. Se sienten bien acerca de sí mismos. Tienen buenas relaciones personales y han aprendido a hacerle frente al estrés y a los problemas de la vida cotidiana.
Sí se puede estar enojado sin ser grosero o estar triste por un momento, pero no para siempre. Al llevar los problemas a Cristo, Él da la salida, la fuerza y la respuesta para seguir adelante con gozo.
La salud integral no solo se trata de estar bien y sentirse bien, sino de reconocer a nuestro Creador, darle gracias y entender que nos cuidamos para Su honra y gloria.
Tal vez también te interese leer:
7 hábitos que fortalecen el sistema inmune (Pon en práctica estos hábitos)
La gran confusión (La salud no es solo física)
Nutre tu piel y cabello (Sigue el consejo)
Tips saludables (Toma nota y aplica los consejos a tu vida)
Receta efectiva y barata para eliminar piojos de los niños (Comparte la receta)
Margen (Establecer límites y márgenes en tu vida es esencial)
Salud emocional, ¿una tarea individual? (Descubre la respuesta)