¿En dónde está tu enfoque?

Foto por Liz Pagliuco

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¿Qué te da dirección en la vida y cómo cambiarlo?

Por Naomi Campos Laux

Cada día estamos bombardeados de información. Desde el momento en que nos levantamos hasta el momento en que decidimos descansar, nuestro cerebro está recibiendo datos de lo que sucede a nuestro alrededor y en el mundo. Sin embargo, no registramos la mayoría de esta información, gracias a un filtro llamado sistema de activación reticular (SAR). 

Este es el filtro que se encarga de procesar los estímulos que a cada segundo recibimos, tales como: las noticias, anuncios, conversaciones, olores, sabores, sonidos y un sinnúmero de datos. El sistema de activación reticular decide qué información, eventos o experiencias llegan a nuestro cerebro y subconsciente y cuáles se quedan fuera. Pero, ¿cómo sabe qué procesar? 

Este proceso se lleva a cabo por medio de nuestra atención. Este filtro SAR se da cuenta de lo que consideramos importante y busca maneras de validar nuestras creencias.  

Por ejemplo, cuando una amiga te dice que está embarazada, de repente comienzas a ver mujeres embarazadas por todos lados; o cuando compras un automóvil rojo, de pronto te das cuenta que hay muchos autos de la misma marca que el tuyo y el color rojo resalta por doquier. 

Lo mismo sucede con nuestros pensamientos, ya sean constructivos o destructivos. Si constantemente estás pensando en que te hace falta tener confianza, que siempre eres impuntual o que no eres lo suficientemente ______________ (inserta aquí la cualidad que desees), tu atención solamente validará las experiencias que confirmen que desconfías de tus habilidades, que llegas tarde y que te falta esa cualidad tan deseada. 

Estas creencias destructivas pueden llegar a sabotear nuestra vida, desencadenando emociones dañinas como la vergüenza, la culpa y la angustia. E incluso pueden llegar a generar síntomas físicos como dolor de cabeza, tensión muscular e insomnio. Todo esto puede dificultar nuestro desempeño laboral, la presencia y conexión con familiares y amigos y, en casos más graves, depresión o trastornos de ansiedad.

Por el contrario, si nuestros pensamientos son constructivos, centrados en Cristo y enfocados en nuestra verdadera identidad, es decir, en lo que Dios dice de cada uno de nosotros, nuestro filtro reticular se enfocará en esa información y buscará evidencias. 

Mientras más pruebas nos muestra, más creeremos esas verdades espirituales y mientras más lo creamos, más nos lo diremos a nosotros mismos; repitiendo así el ciclo.

Una manera práctica para comenzar a cambiar nuestro enfoque es a través del teléfono celular. En promedio, una persona desbloquea su celular 110 veces al día, por lo que podemos utilizar esa pantalla para mostrar una imagen o frase que centre nuestra atención en las verdades de Dios hacia nosotros. Otra manera de mostrarle a nuestro SAR lo que es importante es escribir en tarjetas versículos, verdades bíblicas, o palabras que Dios nos haya dado a través de la Biblia, amigos o canciones.

«Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza», nos aconseja Pablo en Filipenses 4:8.  ¡Vale la pena!

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