La Navidad y la bulimia

Foto por Betty Guerra Perdomo

Foto por Betty Guerra Perdomo

Por Pam Trujillo

Durante años, permití que el trastorno alimenticio me robara la esencia de la Navidad, siempre preocupada por lo que comería, en donde lo vomitaría y buscando la ropa más holgada para no mostrar absolutamente nada de mi cuerpo. Quizá para mi familia era un día de celebración, comida deliciosa y regalos, pero para mí era tortura mental.

Conforme fueron pasando los años e iba descubriendo mi identidad en Cristo, caminaba en la libertad que Él compro para mí. Poco a poco mejoré de la bulimia, hasta que un día eso quedó en el pasado. 

La Navidad ahora es una de las mejores fechas. Me emociona poder ayudar en la preparación de galletas con mi mamá, escoger mi ropa favorita para usar ese día y descubrir las sorpresas que con tanto amor mi familia compró para mí.

Y es que así es Jesús. Él puede cambiar el llanto en gozo y convertir un día de tortura mental en uno lleno de amor y alegría.

Jamás olvido como eran aquellos días en donde los problemas de conducta alimenticia me tenían cautiva, porque al igual que yo, muchas chicas en este momento están aterradas ya que se acercan estas fechas de reuniones familiares, de dar explicaciones o tener que ocultarse de todos para que no descubran su secreto.

Hoy te quiero compartir lo que me habría dicho a mí misma hace unos años: 

1.  Los momentos son únicos y la vida es efímera. ¡Disfrútala al máximo!

2.  Eres única. No te compares. Un número en la báscula no determina tu valor.

3.  Es tiempo de pedir ayuda y comenzar a caminar en tu sanidad. Muchas personas a tu alrededor te aman y están esperando ayudarte. 

4.  La Navidad no fue diseñada para ser una tortura sino para ser un día de amor, alegría y libertad.

5.  La comida es deliciosa y lo sabes. Vence ese temor a comerla y disfrutarla como nunca. 

Mi deseo más grande es que las chicas que atraviesan por estos problemas puedan encontrar en Jesús su identidad y su sanidad para que cada Navidad deje de ser una tortura y se convierta en los días más esperados del año. 

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